Un juzgado investiga si esta vecina de Motril fue estrangulada antes del accidente de trfico que sufri en mayo pasado y se apunta a su marido, que se suicid doce horas despus del siniestro
El 6 de mayo pasado, en torno a las 20 horas, el servicio de Emergencias 112 Andaluca reciba el aviso de varios conductores: un coche se haba salido de la carretera en la A-44 y se haba precipitado desde una altura de tres metros. Una mujer estaba herida grave y necesitaba ayuda urgente.
Cuando los servicios sanitarios llegaron hasta el lugar, solo pudieron certificar el fallecimiento de la mujer, que viajaba de copiloto junto a su marido, que haba resultado herido pero no de gravedad.
Ella se llamaba Encarnacin Muoz y l, Jos Manuel Jimnez, aunque todo el mundo le llamaba Manolo en Motril, el municipio granadino del que eran originarios, donde vivan y donde eran muy conocidos… y queridos.
Si la noticia de la muerte de Encarnacin, Encarni para los ms allegados, impact en el pueblo, el suicidio de Manolo, apenas doce horas despus del accidente, dej a sus vecinos estremecidos. Se contaba que Manolo no haba podido soportar la prdida de su mujer y, por eso, se haba arrojado al vaco desde el tico que la familia tena en Playa Granada.
Casi cuatro meses despus, aquella triste historia de amor se ha transmutado en el horror de un crimen machista con un giro de guin que ha impactado an ms, si cabe, en el turstico municipio de Motril: ni Encarni muri a consecuencia del accidente ni Manolo, su abnegado marido, se suicid por amor.
El Juzgado de Instruccin 5 de esa localidad, segn han confirmado fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andaluca (TSJA) investiga si Encarni, en realidad, fue asesinada por su esposo antes de que se produjese el siniestro, que, en realidad, habra sido una simulacin para ocultar la verdad.
La clave est en los resultados de la autopsia que le fue practicada al cuerpo de Encarni, que concluy que muri por asfixia mecnica, es decir, estrangulada. Pero ya desde aquel 6 de mayo haba dudas sobre lo sucedido en realidad. Sobre todo porque la temperatura del cuerpo de la vctima no era compatible con el hecho de haber muerto en el instante del accidente y a causa del mismo.
Los investigadores, del Grupo de Homicidios y la Polica Judicial de Granada, sospechan que Manolo no se sali de la va para evitar un obstculo, como rezaba en el atestado tras relatarlo l as, y que, de hecho, el siniestro no fue tan grave como aparentaba. El propio conductor podra haber usado una barra de hierro para causar daos al vehculo y que pareciera, de este modo, que el impacto haba sido mayor. Estas fuentes han explicado a Europa Press que los signos eran “muy evidentes”.
El Ministerio de Igualdad ha dado por hecho que se trata de un nuevo crimen machista que sumar a la ya larga lista de este ao y que Encarni es la vctima mortal nmero 37 desde enero y la 1.221 desde que, en 2003, empezaron a registrarse. No existan, segn Igualdad, denuncias previas por violencia de gnero contra Manolo.
La ministra de Igualdad, Irene Montero, y la delegada del Gobierno contra la Violencia de Gnero, Victoria Rosell, han expresado mediante un comunicado del Ministerio su “ms absoluta condena y rechazo a este asesinato machista y trasladan todo su apoyo a familiares y amistades de la vctima”.
Ambas piden “todos los esfuerzos desde las instituciones, administraciones y el conjunto de la sociedad para llegar a tiempo y evitar ms muertes”.
Encarni tena 39 aos y se haba casado 20 aos atrs con Manolo, con el que haba tenido dos hijas, de 15 y 12 aos que, tras la muerte de los dos progenitores, quedaron a cargo de los familiares. Ella trabajaba como comercial de alarmas para locales y domicilios y l, tras dedicarse al sector de la construccin durante aos, se haba reconvertido en agente de la Guardia Civil, destinado en Mlaga, adonde se trasladaba cada da desde Motril.
Los dos fueron enterrados juntos el da 8 por decisin de sus familias, que postergaron un da el sepelio de Encarni para que aquella historia triste de amor tuvieron un final igualmente romntico. “Ha sido un palo para la familia y para la ciudad”, deca entonces la alcaldesa de Motril, Luisa Garca, que calificaba a los fallecidos como “dos jvenes con toda la vida por delante”.
