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Jaime Chvarri: “Detesto la poltica. La poltica me est hablando todo el rato de verdades absolutas que son todas mentira”

by BlackBurn


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El director de ttulos mticos como ‘El desencanto’ regresa al cine despus de 17 aos con ‘La manzana de oro’, un fbula librrima sobre la creacin, la poesa y la vida

El director Jaime Ch
El director Jaime Chvarri.JAVIER BARBANCHOMUNDO

Jaime Chvarri (Madrid, 1943) luce sobre la mesa una imagen a modo de santuario compuesta con cuatro retratos no exactamente de la familia. O s. Marcel Proust, William Faulkner, Thomas Bernhard y Samuel Beckett. Ninguno de ellos es cineasta (aunque dos al menos estuvieron cerca) y ninguno, en sentido estricto, poeta. “En realidad, no soy un gran mitmano. Ms all de Buuel y un poco Renoir, lo que me interesa ms es el cine mismo. Con la poesa me sucede lo mismo”, dice en una aclaracin tan lricamente confusa como apasionada. La manzana de oro, el nuevo trabajo del director de cintas ya mticas como El desencanto o rabiosamente populares como Las cosas del querer, es pelcula y su argumento es la poesa. Tambin es el regreso de un cineasta despus de 17 aos apartado de su oficio y entregado en todo su ser a la enseanza. Nos recibe en su casa, un refugio debidamente alicatado de libros y viejos DVD, situada justo enfrente de un convento de monjas que ya no lo es. Lo cerraron por falta de vocaciones. “Es donde Velzquez pint su Cristo, y conserva una copia muy notable del cuadro”, aclara.

Esto es un regreso de algo o simplemente la culminacin de un largo proceso?
Sinceramente, no pensaba volver. Tengo la enorme suerte de tener una segunda vocacin, la enseanza, en la que llevo ya 40 aos y que me permite observar de cerca lo que piensan las nuevas generaciones. Lo que es muy revitalizador. Por otro lado, no estaba ya cmodo en la manera como se empieza a producir en Espaa. Una vez desaparecidos los productores que producan sin televisin, no me vea. Y siempre he sido un director de encargo. Lo normal es retirarse y dejar sitio a otros.
Y entonces?
Fue una especie de casualidad. Lo nico que yo haba escrito en todos estos aos era un guin sobre escritores. Y, de repente, me propusieron una pelcula sobre precisamente escritores basada en el libro de Fernando Aramburu vidas pretensiones. Resultaba todo tan inslito que no me pude resistir. De hecho, le pregunt al productor: “De verdad quieres hacer esto?”. l dijo que s y quin era yo para negarme. Si volva con algo tena que ser con algo as.
As, de qu?
De rarsimo y con un productor nuevo. Slo ped total libertad… Y la tuve.
Los poetas otra vez…
S, lo pienso y esta pelcula cierra una triloga no buscada que empieza con ‘El desencanto’ sigue con ‘A un dios desconocido’ y acaba aqu. Se ha prologando 50 aos y ha sido sin pretenderlo, eso s. Ha pasado, se podra decir. Es lo bonito de trabajar de encargo, que, de repente, pasan cosas que es imposible planear.
Qu le atrae de esa idea del poeta torturado que se repite en su filmografa?
En realidad, es un tema que se ha tratado poco en el cine espaol. S hay algn biopic de Lorca o incluso Machado, pero a m lo que me interesa es el concepto de la persona que trabaja en la poesa. Qu es lo que quiere una persona que hace esto? Esa obsesin por conseguir emocionar al otro me resulta misteriosa y fascinante. Es la metfora del rbol ardiendo. Es curioso porque, aunque no est de moda, te das cuenta de que la poesa le gusta a muchsima gente. No se habla de ello, pero est muy viva. Internet ha hecho mucho por ello. Es, si se quiere, una poesa ms democrtica y ms vulgarizada, pero ah est. Y luego hay un elemento ms de la poesa que es la voluntad del poeta de cambiar el mundo. Hay un elemento transcendente que siempre est ah.
Una imagen de la pel
Una imagen de la pelcula ‘La manzana de oro’.

Cul es su relacin personal con la poesa?
No soy lector habitual de poesa, pese a todo lo dicho hasta ahora. Me qued en Gil de Biedma. Esa es la verdad. A la vez, hay poemas que me han acompaado toda la vida, que he reledo y que, de alguna manera, estn ah siempre. Shakespeare o Lope de Vega es lo que tienen, que son perfectamente actuales. La poesa fue probablemente lo primero que invent el ser humano tras la palabra: contar las cosas de forma que no eran verdad, pero se entendan. Y eso es el arte. La msica no la puedes explicar, pero la entiendes. Contar la verdad a travs de la mentira, esa es la clave.
Casa mal toda esta reflexin con una filmografa como la suya toda ella, como ha dicho, de encargo…
Cuando me empez a gustar el cine, me gustaban pelculas muy distintas. No haba odo hablar de Cahiers du Cinema y estaba convencido como casi todo el mundo de que el cine lo hacan los actores, no los directores. Y un buen da descubro que unas cuantas pelculas que a m me gustaban mucho y que no tena nada que ver una con otra estaban hechas por el mismo director: Howard Hawks. Me qued claro que yo quera eso. No quiero ser Ingmar Bergman. Yo quiero hacer un musical, una de miedo, una de risa… Yo siempre quise hacer pelculas, no cine. De lo contrario, te quedas en el ombligo y tengo muy poco ombligo. He hecho dos pelculas personales y ya me he quitado de encima todo lo que quera decir.
Sin embargo, las primeras pelculas que hizo le contradice. Pienso, por ejemplo, en Ginebra en los infiernos...
Yo sostengo que sa es la primera pelcula feminista del cine espaol. Pero esas pelculas las haca para aprender y para trabajar con los amigos. En esas pelculas, por ejemplo, conoc a Ivn Zulueta y l fue bsico en mi formacin. Fue un shock conocer a una personalidad como Zulueta, con ese instinto asombroso para la esttica y la cultura contempornea, dentro del rojero garbancero en el que vivamos entonces.
Ginebra en los infiernos era una fbula denuncia de 1969, y vemos lo que est pasando ahora mismo con el ftbol femenino. Se dira que tampoco hemos avanzado tanto.
Estamos peor. Aquella era una pelcula optimista. Y lo que vemos hoy es cualquier cosa menos eso.
Hace no tanto Emilio Gutirrez Caba se lamentaba de que la Espaa que l y tantos como l imaginaron en su juventud poco tiene que ver con una Espaa como la actual con, por ejemplo, un consejero de cultura abiertamente franquista…
Pero tampoco es la Espaa de entonces. Tengo 80 aos y, por ello, tengo una visin limitada. La edad no solo te da experiencia, tambin te limita los puntos de vista. Yo creo que hay una especie de desesperacin en el ambiente que tiene que ver con la idea de que esto no va aguantar mucho. Ha cambiado el propio concepto de cambio. El cambio ya no es algo por fuerza positivo que tiene que venir irremediablemente y que va a caer por su propio peso. Al contrario, hay una especie de idea comn de que el cambio es para peor con la crisis climtica o con la posibilidad de una guerra mundial que acabe con todo. Y eso hace que el espectculo ahora consista siempre en la destruccin, nunca en la construccin. Ya no se cuentan pelculas como ‘Tierra de faraones’, sobre la construccin de una pirmide. Ahora se contara cmo se viene abajo. Vivimos una poca rimbaudiana en la que no hay que buscarle sentido a nada, porque no lo puede tener, no lo va a tener.
Imagen de 'El desencanto'.
Imagen de ‘El desencanto’.

Y ese miedo al cambio puede explicar algo del auge de la extrema derecha?
Es curioso, porque, por muy nostlgicos que parezcan, conozco a mucha gente del partido de extrema derecha espaol a la que no le interesa en absoluto Franco. Les preocupa el miedo al cambio. A mucha gente joven no le gusta el movimiento LGTBI, no le gusta la democratizacin de la cultura y no le gusta una serie de cosas porque no encuentran su sitio. A la extrema derecha le alimenta el miedo a perder el sitio ante el cambio. No saben donde colocarse en esta transformacin. Y no solo econmicamente, sino a perder el sitio cultural y social en el grupo en el que se han movido siempre. Es lo mismo, pero al revs, a lo que sentamos nosotros, que no queramos vivir en un mundo franquista porque no nos gustaba. Pues ellos, simplemente, no quieren vivir en un mundo que no les gusta. El motor de la juventud siempre ha sido el cambio, pero, como deca, el cambio que viene es demasiado incierto.
Cunto confa en la poltica y, ya que habla de jvenes, en lo que se ha llamado nueva poltica y nuevos polticos?
Tengo una debilidad muy grande y es que detesto la poltica. La poltica me est hablando todo el rato de verdades absolutas que son todas mentira. En cambio, me encanta la Historia porque te ensea que todo es el resultado de medias verdades. Y esta postura me da un punto de vista distinto y me mete en muchas discusiones. Por qu nos creemos lo que dice un poltico? Y por qu creemos a un poltico por lo que dice del otro? Es decir, por qu juzgamos a la derecha por los peores de la derecha y a la izquierda por los peores de la izquierda? Por qu no nos preocupamos ms en ver en qu medida podemos bailar y estar juntos? No hay una voluntad de cambiar porque han dejado de interesar las personas para interesar solo los votos. No creo sinceramente que la democracia sea eso; no creo que el capitalismo deba de ser salvaje o anrquico.
Llama la atencin el personaje del ltimo poeta antifranquista en La manzana de oro. No est en la novela y aporta un toque bastante amargo al panorama.
S, es el ltimo representante de los que crean que la poesa iba a cambiar el mundo y, al final, el despacho de Stalin se convierte solamente en el escenario del recuerdo de un beso.
Cree que ha habido toda una generacin de poetas que ha sido olvidada quiz por ese pacto de olvido y silencio que algunos ven en la Transicin?
Quiz hay un salto generacional. Cuando hicimos el casting para localizar a raperos que interpretaran al poeta joven, me di cuenta que de la juventud hoy conoce perfectamente esa poesa que se olvido por decreto para no molestar a nadie. Aunque, al final, se haya molestado igual. Y dir ms, hay algo que me gusta mucho de las nuevas generaciones y es que no tienen filtro. Lo mismo hacen un rap sobre cmo quieren volar el Parlamento y al lado un poema sobre lo mucho que quieren a su madre. No les molesta ni lo cursi ni lo sentimental. Yo pertenezco a una generacin que ha estado durante demasiado tiempo huyendo de lo sentimental, cuando es algo que forma parte de la vida.
Hablando de la Transicin, qu relacin mantiene con El desencanto, el documental sobre los Panero?
Lo primero es que me encanta que se siga hablando de l despus de 50 aos. Las pelculas son muy perecederas y que, como me ha pasado no hace tanto, un motorista se pare por la calle para felicitarme por la pelcula, me resulta maravilloso.
Se ley como una metfora de la muerte de Franco…
S, pero no lo era. Ni se haba muerto Franco ni a m se me ocurran semejantes cosas. Era un encargo que hice de muy mala gana, que lo pas muy mal durante el rodaje y que empec a disfrutarlo durante el montaje. Ah vi que poda haber algo.
Qu cree que hace tan actual El desencanto?
No s. Ni el retrato de la familia ni el concepto de mscara… Las familias no eran as y esa idea de la mscara es cosa exclusivamente de los personajes. Imagino que es importante que ellos, la familia Panero, funcionan como actores. Los ves en la pantalla y quieres verlos. Su fotogenia es cine puro.
Ahora, despus de tantos aos, cmo ha cambiado su visin de la cultura y del cine su contacto con sus alumnos?
Para m el problema no es tanto la cultura, porque todo lo es, como la educacin. El problema no son los datos, para eso est internet. El problema es que no te enseen a asimilar los datos. Lo importante es tener una idea personal sobre los datos que tienes a disposicin. Esto es un tema que como profesor me apasiona. Ahora ya no pasa, pero hubo un tiempo en el que trataba con gente joven que no saba que estaban utilizando una cosa que se llama lenguaje. No haban ledo y las palabras para ellos eran lo mismo que ponan en el telfono. No eran conscientes de que las palabras que no tienen eco no sirven. Las palabras en s mismas no son ms que clavos.
Dice que ya no pasa…
S, no s qu ha sucedido, pero ha habido un cambio. Quiz las nuevas generaciones se han hartado de que sus hermanos mayores fueran tan tontos. Antes llegabas a un curso nuevo, preguntabas a quin le interesaba el teatro y nadie levantaba la mano. Ahora la levantan el 99%. Ahora todo el mundo lee y ve pelculas en blanco y negro.
Hablaba antes del rap y me viene a la mente su relacin con la copla en Las cosas del querer
S, la copla siempre se ha tratado mal desde ciertos mbitos. Una vez escuch que la copla es la nica forma artstica que exista durante el franquismo que hablaba del deseo de la mujer. Y eso es cierto. ‘Ojos verdes’ no trata de otra cosa. Y luego hay una cosa que me emociona mucho y es la cantidad de gente que me ha dicho que la pelcula le ayud a salir del armario.
La pregunta que quera hacerle es sobre su empeo de precisamente recuperar un elemento de la cultura popular, de la cultura de todos, que durante mucho tiempo estuvo secuestrada…
Y por eso se repudi a Antonio de Molina. Ese secuestro anul a todo lo que no formaba parte del ideario. No es solo recuperar la copla sino recuperar todas esas partes tambin anuladas.
Qu le parece la evolucin del cine espaol y de la nueva ola que parece que vive?
Por algn milagro, todos los aos se hacen en Espaa dos o tres muy buenas pelculas. Y no entiendo por qu. Debe de ser la Virgen de Ftima porque los medios son los mnimos. S, hay tcnicos muy buenos, la incorporacin de la mujer ha sido decisiva… pero sigue siendo una industria que trabaja en precario. El cine es un mundo hecho de individuos y no hay forma de generalizar nada. Algo que ha cambiado es que antes el productor pona su dinero y ahora es un financiador. Hace aos que no me encuentro con un productor que se acerca y me dice: “Tengo esta pelcula y quiero que la hagas t”. Cuando lo he encontrado era alguien que quera mi nombre para sacar dinero al Ministerio. Pero bueno, me considero un hombre con suerte. Las cosas me han venido rodadas.
Qu es eso de la transcendencia de la que hablan los personajes de la pelcula?
No me atrevo definirla. O eres un genio como Bergman o no lo eres y quedas como un pedante ridculo.





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